miércoles, 4 de julio de 2012

Romance



Deja que el viento nos una
como débiles flores
que se mecen a su voluntad...
Deja que el cosquilleo
que provoquen  las hormigas
al subir por tu espalda
no sea más que las meras
emociones pasionales
que hacen de tu piel un campo minado.


Deja que nos entrelace el tiempo,
deja que nos refresque la lluvia,
deja que nuestros cuerpos
se conviertan en una trenza
complicada de desatar;
deja que el sol caliente,
y el romance nos alimente.
Deja que la vida sea perfecta
ante nuestros delirios de alegría.

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